Seminario
Infancia y pobreza: claves para construir un compromiso intersectorial real


En el marco del seminario “Infancia y Pobreza: construyendo hoy el compromiso intersectorial”, organizado por Uruguay Crece Contigo del Ministerio de Desarrollo Social, se desarrolló una mesa centrada en “Representaciones sociales y marcos normativos vigentes”. En ese espacio, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) compartió una mirada sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta Uruguay en materia de políticas públicas para la infancia.
Durante su intervención, Arim enfatizó que la pobreza en la infancia no puede ser explicada por causas actitudinales, como la falta de voluntad de trabajo en los hogares, “hicimos un ejercicio estimando qué pasaría si todos los adultos trabajaran, y la pobreza infantil no cambiaría significativamente. El problema no es el desempleo, sino la capacidad de generar ingresos en los hogares donde viven mayoritariamente los niños”, afirmó.
Según Arim, "la pobreza infantil está estrechamente relacionada con condiciones estructurales que exceden la responsabilidad individual. Las personas no son moralmente responsables de las circunstancias en las que nacen. Es una responsabilidad de la sociedad garantizar las condiciones para que puedan desplegar su proyecto de vida”, sostuvo, al tiempo que alertó sobre la existencia de verdaderas “trampas de pobreza” que limitan severamente la movilidad social.
El director de la OPP, también se refirió al rol clave de las políticas públicas, apoyándose en evidencia internacional. Citó el caso de Noruega, donde la implementación de sistemas de cuidados en los años 60 y 70 tuvo efectos positivos comprobables décadas después en el acceso al mercado laboral y la salud de quienes fueron beneficiados. En Estados Unidos, señaló que niños criados en barrios integrados y no segregados mostraron trayectorias vitales más favorables. “La política importa, incide y modifica vidas”, remarcó.
En cuanto al plano normativo, Arim cuestionó la falta de avances en la reglamentación de la Ley de Garantías, que debía estar vigente desde diciembre de 2024. “No hay siquiera un borrador. Necesitamos un marco único, no dos o tres dispositivos que actúan por separado”, advirtió.
Finalmente, llamó a crear un sistema estadístico sólido y un seguimiento longitudinal que permita detectar necesidades en tiempo real a lo largo del ciclo vital de los niños y niñas. “No se trata de vigilancia, sino de acompañamiento. En un país donde nacen menos de 30.000 niños por año, no podemos darnos el lujo de no saber qué necesitan”, concluyó.







