Esta nota analiza el rol de la efectividad de la acción policial en la evolución del número de rapiñas en las últimas tres décadas.

El análisis muestra que la variación en el número de rapiñas (RAP) esta negativamente asociado con el riesgo de delinquir percibido por un criminal. El riesgo asociado a delinquir aumenta por un aumento en el número de personas privadas de libertad (PPL) y/o una baja en el número de RAP y las consecuencias en uno u otro caso son muy distintas desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto.

En el primer caso existe un costo inicial derivado del crimen sumado al resultante de dedicar recursos a arrestar, formalizar, condenar y encarcelar al criminal; en el otro caso baja la incertidumbre asociada al crimen y también baja el costo de mantener PPL, aunque posiblemente se incurra en mayor costo de vigilancia policial para lograr disuadir a los potenciales criminales.

Estos resultados respaldan una opinión favorable a la decisión de construir una nueva cárcel de alta seguridad en el país, pero también alertan sobre los límites de una estrategia basada solamente en “sacar de circulación” criminales como forma de reducir el nivel de criminalidad en el país.

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